El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

martes, 19 de junio de 2012

La noria




                     Una secretaria, metida en años y carnes, me introduce en su despacho. Al otro lado de una gran mesa en completo desorden, me recibe, sonriente, Argimiro Polvoranca, sentado en un cómodo sillón de piel oscura. Tiene todo el aspecto del hombre que ha pasado, directamente, del agro aragonés al despacho sindical. A su espalda, una enorme fotografía de Pablo Iglesias preside la entrevista.
-  Sus comienzos, Argimiro, fueron muy humildes.
-  Nos ha "jodío". Mi padre era enterrador en Mancuerda del Olivar, y los muertos que iban al hoyo no pasaban de cuatro al año.
-  Su padre se sentiría orgulloso de usted, viéndole tan bien colocado.
-  Murió, el pobre, hace seis años, y yo aún no había "triunfao" en esto de la política. Pero sí, estaría "mu" contento, si viera "quellegao". Tenía un orgullo de la hostia. Sus últimas palabras fueron estas: "No consiento que me entierre nadie más que mi hijo." Disculpe, que me se salen las lágrimas, al recordarlo...
-  ¿Desde cuándo hace la O con un canuto?
-  Desde "mu" pronto. Tendría 14 años. Era el más "despabilao" de la escuela. El maestro me quería mucho. Decía que, si no quedaba corto, llegaría lejos. Y ya ve "usté". ¿Ha visto? ¡Cuatro secretarias, y "to", "pa" mi sólo. Eso sí, hay que valer. Esa ventana da al Acueducto. ¿"Sa fijao"?
-  Sí, me he fijado. ¿Trabajó usted en el campo?
-  ¡Claro! Y, ya desde "mu" pronto, sentí el ansia de liberar a los humildes de la tierra, a los esclavos del trabajo campesino. Supe "mu" pronto que debía luchar por el bien de mis iguales. Le digo esto "pa" que lo sepa. Con veinte años, no podía ver el trabajo de un burro en la noria de un campesino rico. "Asinque", un día lo solté, y me puse yo a dar vueltas, y a sacar agua del pozo, hasta que me vio mi padre, y me soltó un par de hostias. Mi padre, todo hay que decirlo, no tenía conciencia social; era "mu" buena "presona", pero estaba, el "mu" cabrón, más cerca del patrón que del obrero. No tenía "sensibiliá" sindical.
        Suena uno de los cinco teléfonos que tiene sobre la mesa, y Argimiro Polvoranca responde a la llamada, dando órdenes precisas acerca de la próxima manifestación sindical. Y aprovecho la ocasión para despedirme de él, con un gesto, porque no quiero robar más tiempo a este hombre, providencial servidor del proletario, noble ejemplar de la raza humana, que, desde su despacho, promueve la lucha de clases.

Tío Chinto de Couzadoiro

               

8 comentarios:

  1. Muy bueno, Debería haber acabado, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o quizás no.
    Saudos.

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    1. Gracias, Helio.
      A veces, la realidad deformada es un reflejo acertado de la auténtica realidad.
      Un cordial saludo.

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  2. Hola, Chinto!:
    Es posible que algunos estén política con todavía menos méritos. Yo conozco algunos que no han movido nunca una noria, pero sí están manejando presupuestos o llevando a la práctica atrocidades medioambientales, como si tuviesen capacidad para recrear la naturaleza, sin otra capacidad que la de darle al botón de la cisterna después de cagar.
    Un abrazo

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    1. Esos que tú conoces, amigo Xesús, suelen empezar vaciando cisternas, para llegar, con el tiempo, al vaciado de cajas de caudales.
      Un cordial abrazo.

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  3. Por eso el dicho ese.."el más tonto hace relojes". Al menos tenemos un buen refranero.

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    1. Nuestro refranero es todo un compendio de sabiduría popular. No importa que, a veces, un refrán contradiga a otro; lo importante, Candela, es el conocimiento de la realidad que cada uno de ellos muestra.
      Sí, por estas tierras, el más tonto hace relojes o alcanza la Secretaría General de un sindicato.

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  4. Vaya como se lo monta el tal Polvoranca.El payo va de redentor y salvador de los humildes,un saludo.

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  5. Tú y yo sabemos, amigo Agustín, que hay muchos que se le parecen. Como bien dice Candela, por aquí "el más tonto hace relojes."
    Un cordial saludo.

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