El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

miércoles, 31 de julio de 2013

Cortesía nacionalista




Si algún político enano
del solar de Cataluña
pretende darte la mano,
ten mucho cuidado, hermano,
de no estrechar su pezuña.

Lajo Demos

30 de julio de 2013


       Galicia estaba de luto. Un grave accidente ferroviario, ocurrido en las proximidades de Santiago, había dejado sin vida a 79 pasajeros. España entera lloraba. En la catedral compostelana, se celebraba un funeral, por el eterno descanso de los fallecidos.
       Lejos de allí, en otra región de España, tenían lugar las fiestas patronales de Mataró. El alcalde de la ciudad, desde un balcón, contemplaba, satisfecho, la alegría de su pueblo, y consentía que unos jóvenes, dando gritos que pedían la independencia, quemaran la bandera de España. El indigno alcalde de Mataró, perteneciente a Convergencia y Unión, desafiando al código penal con su indecente conducta, permitía que se ultrajara la bandera de la nación a la que debe su triste condición de autoridad municipal.
       Empiezo a pensar que el nacionalismo catalán, más que requerir una acertada orientación política, exige un riguroso tratamiento psiquiátrico.

Barlovento Maciñeira

                   "Vida oculta de Pepiño Blanco"
                       Enlace a cada capítulo:  Los 39 primeros



3 comentarios:

  1. Son de piñón fijo y defectuosos.
    Con lo que me gustaría a mí darles la independencia de una puñetera vez.

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  2. No había caído en la coincidencia entre el luto y el aquelarre.
    Más miseria, si cabe, Tío Chinto.
    Algún día se pasarán cuentas.

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  3. Y si quien te da la mano
    es la Cataluña entera,
    -seas noble o seas villano-,
    aunque te trate de hermano,
    esconde bien la cartera.

    Un abrazo.

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